La Unión Europea congeló las negociaciones de adhesión después de que el gobierno de Georgia aprobara una controvertida “ley de influencia extranjera” a principios de este año.
Decenas de miles de personas en Georgia han asistido a una manifestación proeuropea, días antes de las elecciones parlamentarias que son consideradas una prueba crucial para la democracia del país y su aspiración a ser miembro de la Unión Europea.
La presidenta prooccidental, Salome Zurabichvili, quien está en desacuerdo con el gobierno, asistió a la manifestación del domingo. Ella ha declarado que este evento “demostrará la voluntad del pueblo por la libertad, la independencia y un futuro europeo”.
Los manifestantes, que ondeaban banderas de la UE y de Georgia y sostenían pancartas que decían “Georgia elige la Unión Europea”, se reunieron en la Plaza de la Libertad en Tbilisi tras marchar desde cinco puntos diferentes de la ciudad.
Varios ONG georgianas, incluyendo Georgia’s European Orbit y la coalición “Mi Voz para la UE”, hicieron un llamado a los ciudadanos para que se unieran a esta gran manifestación.
‘Prueba crucial’
La adopción de esta medida, criticada como una ley al estilo del Kremlin para silenciar la disidencia, provocó semanas de protestas masivas en las calles y llevó a Washington a imponer sanciones a docenas de funcionarios georgianos.
A principios de este mes, el jefe de política exterior de la UE, Josep Borrell, advirtió que las acciones de Georgia Sueño “señalan un cambio hacia el autoritarismo”.
Él calificó las próximas elecciones como “una prueba crucial para la democracia en Georgia y su camino hacia la Unión Europea”.
Las encuestas de opinión sugieren que los partidos de oposición podrían obtener suficientes votos en las elecciones del sábado para formar un gobierno de coalición y reemplazar al partido gobernante, controlado por el poderoso multimillonario Bidzina Ivanishvili.
Los analistas han advertido sobre el riesgo de inestabilidad si Georgia Sueño intenta aferrarse al poder sin importar el resultado de la votación.
En el poder desde 2012, el partido inicialmente siguió una agenda política liberal y prooccidental, pero en los últimos dos años ha revertido su curso y ha sido acusado de acercarse a Moscú en medio de la invasión de Ucrania.
Las solicitudes de membresía en la UE y la OTAN están consagradas en la constitución de Georgia y son respaldadas por aproximadamente el 80% de la población, según múltiples encuestas de opinión encargadas por grupos como el Instituto Nacional Demócrata y el Instituto Republicano Internacional.”